“Esto no es un simulacro”, Roger Waters rompe el statu quo

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“Esto no es un simulacro”, Roger Waters rompe el statu quo

Con su última gira, el cantautor le ha dado la vuelta al mundo con un tour lleno de mensajes políticos, declaraciones polémicas y una producción legendaria.

Hay conciertos en los que los artistas dicen "Hola, bienvenidos", dan las gracias y se despiden. Roger Waters con su gira This Is Not A Drill está lejos de eso.

La noche del 5 de diciembre más de 17.000 personas se reunieron en el Coliseo MedPlus, el escenario de eventos más grande e innovador de la ciudad, para ver a bajista y cofundador de la legendaria banda de rock progresivo Pink Floyd tocar por última vez en Bogotá.

Con 80 años de edad, Waters se despide tras una carrera mítica con hitos como crear Pink Floyd de la mano de Syd Barrett, el vocalista original de la banda, ser el gestor de sus discos más famosos como The Wall, Wish You Were Here, The Dark Side of the Moon, Atom Heart Mother, The final Cut y Animals, por mencionar algunos, y de una exitosa carrera en solitario.

Con This Is Not a Drill (Esto no es un simulacro en español), Waters levantó polémica debido a sus posturas sobre temas como: su defensa absoluta de la población palestina en la franja de Gaza; su apoyo a políticos como Gabriel Boric y Gustavo Petro, con quien comparte visiones ideológicas, y sus posiciones anti guerra.

Si bien su gira ha sido controversial, no es la primera vez que un músico une sus conciertos a sus posiciones políticas e ideológicas: otros artistas como Bono de U2 y Residente lo hacen y lo siguen haciendo.

Un mensaje crucial que siempre ha hecho parte de las letras y los discos de Pink Floyd, además, es su posición política. Con canciones como Money y Another Brick in The Wall no solo Waters, sino todos los integrantes de la banda dejaron claro que su música quería trascender no solo por su calidad artística, sino por tener un mensaje de fondo. Coherente con esto, Waters en su carrera en solitario nunca ha callado sus opiniones y This Is not a Drill es otra gira que busca empujar los límites de lo que puede ser un concierto y transformarlo en una experiencia no solo de producción, sino de pensamiento.

Adicionalmente, con cada acción dentro de sus conciertos, Waters ha creado una marca personal que hace parte de la razones por las que su carrera ha sido longeva: sus fans saben que su música viene con sus ideas y que la experiencia de Roger Waters es integral.

El músico, además, deja clara su intención desde el inició del concierto cuando una voz dice: “Primero, por favor apaguen sus celulares. Segundo, si eres de los que dicen: “Me encanta Pink Floyd, pero no soporto la política de Roger”. Harías bien en irte a la mierda e ir al bar en este momento”.

A lo anterior, añadió otros mensajes durante el concierto como “Ojalá podamos persuadir a nuestros líderes de que las armas nucleares son una pérdida de tiempo y de dinero” y la proyección en las cuatro pantallas del nombre de Javier Ordoñez, el estudiante asesinado a golpes por policías en 2020, uno de los hechos que tuvo como consecuencia el estallido social en Colombia.

Adicionalmente, durante varias de sus canciones apareció vestido como un paciente psiquiátrico, como parte de un performance, y el escenario estaba ambientado en con un fondo de una ciudad distópica, que es justamente lo que expone con su gira: vivimos una realidad parecida a la que pintaban libros distópicos como 1984, La granja animal y Un mundo feliz de George Orwell y Aldous Huxley.


El concierto, además, estuvo lleno de emoción: Antes de tocar Wish You Were Here, habló de su amistad con Syd Barrett, de cómo crearon Pink Floyd y luego, de cómo Barrett comenzó a pasar por un mal momento y no pudieron seguir tocando juntos. Durante la canción salió en las pantallas un mensaje que decía: “Cuando pierdes a alguien que amas sirve para recordarte que esto no es un simulacro”.

Al finalizar el concierto, Waters presentó a cada miembro de su banda y salieron todos en fila. Las pantallas mostraron cómo seguían tocando detrás del escenario y cómo los miembros de la banda formaron dos filas mientras Water bailaba en el centro. Su última canción la dedicó a Bon Dylan, su esposa y su hermano. Un momento épico y agridulce ya que el sentimiento de despedida era innegable.

Coliseo MedPlus: El espacio importa

Un factor que contribuyó a la grandeza del espectáculo de Waters fue el escenario. El Coliseo MedPlus que recibió más de 17.000 personas que también fueron testigos de la capacidad tecnológica y estructural del espacio.

Con un escenario multipropósito de 28.000 metros cuadrados, el Coliseo tiene la capacidad de recibir a 22.000 personas. Cuenta con silletería acolchada, 500 baños, 50 suites de lujo, Gardens Arena, Kids Arena, diez camerinos y más de 750 metros cuadrados de pantallas led y circunferenciales.


Adicionalmente es un espacio con un sistema de purificación de aire, sonido de punta, 4.000 puestos de parqueadero y múltiples puntos de alimentos y bebidas, además de puntos de agua gratuita.

Cuenta con la mejor fachada acústica del país, lo cual quedó claro durante el concierto ya que no hubo una sola falla de sonido. Con una inversión superior a los 300 millones, este espacio busca promover la economía y la cultura en el país y traer eventos masivos. Entre los conciertos que ha albergado están, Alejandro Sanz, Roger Waters, Swedish House Mafia y Harry Stiles.

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